Hoy
sucedió lo que en el amor he conocido como las historias cíclicas, el pasado
perturba un respirar presente tratando de dañar la tranquilidad que poco a poco
se ha conseguido.
En
el día de ayer, las palabras ahondaron la nostalgia de un pasado que no fue
bueno, un pasado que dañó, lastimó y dejó heridas; mi sentido de la escucha se
afiló y entendió, no le puse juicio a sus palabras, no podría, cada una de
ellas me fue confiada con esmero.
Unas
copas de vino en la soledad, una que otra canción de antaño, de esas que se
usan para planchar, sacudían sus emociones, no lo podía percibir pues estaba
lejos, enredado entre letras y números, desesperado entre rabia y estrés,
andaba en otro cuento, un cuento totalmente diferente en el que estaba él.
Todo
el día cruzamos mensajes, plasmamos en nuestros móviles imágenes, he suspirado
más de una vez con cada una de ellas, mi corazón ha palpito por cada mensaje
sonoro al ritmo de su pacifica y elocuente voz, que voz, sureña con acento
encantador.
Ha
pasado menos de dos semanas desde aquella oportunidad que por primera vez le
dije hola y ya entre tantos minutos de ausencia extraño su presencia aun sin
tenerlo, sin tocarlo y sin oler el aroma natural de su cuerpo. Con el
pensamiento y con las letras le dije necesito de tu energía para recargar mi
ser, me ha escuchado y me ha llegado, lo he visto y le he sonreído, lo sostuve
entre mis manos mientras él apretaba una fiel copa de vino, su compañera en la
distancia.
No
sabes cuánto necesitaba de ese momento, aun escuchando las historias cíclicas
del pasado, podría experimentar que estabas allí, y en el día 10 puede
corroborar que hay personas que nos dañan, nos intentan marchitar, hundir,
sofocar en las mentiras y en las inmundicias de la falsedad y el victimismo,
pero así mismo, estoy corroborando que hay una esperanza que enciende y
transforma, una ventana que se abre con vista a la inmensidad cargada de luz,
de tranquilidad y de mucho aire fresco.
Acá
estoy, queriendo estrechar tu mano, intentando conocer el misterio de nuestras
vidas, luchando por descifrar los designios del destino, nadar con la corriente
de las oportunidades que se nos presentan, abrazando inmensamente la
tranquilidad que me produce al confiarte lo que soy, lo que tengo y todo lo que me falta, acá
estoy, desnudo de sentimientos, sediento de conocerte más, ilusionado de entrar
en la profundidad de tu verdad, de tus sueños y de tus miedos.
Al
demonio Unamuno con su sentimiento trágico de vida, que se pierda Freud con su
sexuado psicoanálisis, que sean desterrados de nosotros tomo pensamiento
dramático de Romeo y Julieta, no quiero morir de amor por ti, quiero morir por
ti, pero de viejo, quiero morir por ti pero
a tu lado cogidos de la mano en una cama con el peso de los años, quiero morir
por ti con el cabello blanco del color carnavalero de San Juan de Pasto,
quisiera algún día morir por ti, con la certeza que mi vida tuvo sentido, y ese
sentido entrelaza la convicción de haber vivido muchos años con la persona
correcta.
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