Nadie sabe cuándo pueda iniciar o cuándo pueda terminar una relación amorosa, las cosas poco a poco se van dando incluso el final, el final de todo, de aquello que se ha construido a través de 6 años y 4 meses, el final de una historia que se contó sola y de dos vidas que supieron amarse incluso en medio de la adversidad.
Hoy recuerdo con tranquilidad las cosas que ambos hicimos, de pronto se podrían tomar como sacrificios, pero con otra mirada podemos decir que fueron acciones que nos hicieron felices a los dos; el dejar mi casa, renunciar a mi cargo en la universidad, abandonar mi pueblo, coger mi maleta e irme a vivir a Palmira al lado de la persona que amaba, fue el acto más puro y sincero que en mi vida he hecho por amor y de la misma manera fui correspondido, por lo que jamás me sentí abandonado y dejado en el olvido.
Junto a esta gran persona pude construir vida, pude desenvolverme laboral y profesionalmente; fueron pasando los meses, ya celebrábamos los dos años de relación y de esta manera también llegaron los obstáculos, algunas peleas, una que otra falta de comunicación; 3, 4 y 5 años juntos, nos veíamos fuertes el uno con el otro, nos brindábamos amor desinteresado, abandonamos el corazón por el latir y las emociones de su pareja.
Habían momentos en que nos distanciábamos, llegaban días que no nos soportábamos, cada uno huía del apartamento y abandonaba por días a su pareja, pero jamás al amor, buscábamos la excusa o el pretexto para hablar, para saber del otro, una que otra mentira piadosa y al final, siempre era un gusto volvernos a reencontrar a través de las miradas, besos y abrazos.
Llegamos al punto de sentirnos una familia, construíamos sueños juntos, amábamos de igual forma a nuestro perro, invertimos económicamente en varios planes, nuestras familias apoyaban lo que eramos en ese entonces y nos arraigábamos más y más a la estabilidad de lo nuestro.
Celebrábamos 6 años de estar juntos, 6 años desde ese eterno abrazo en la terminal de Cali... nos compartimos regalos, y más allá de sentirnos seguros, compartimos nuestros pensamiento a través de la mirada, los dos sabíamos que algo no andaba bien y que teníamos que mejorarlo, no hicimos nada y dejamos pasar el tiempo y como suele pasar en estos casos en que nadie actúa, meses después a mediados de diciembre, sentados en la mesa de un café y tomados de la mano con lágrimas en los ojos, comprendimos que había llegado la hora de volar alto pero por separado, nos merecíamos respirar, nos merecíamos también estar solos el uno sin el otro.
Fue una decisión muy difícil en el momento, los dos éramos débiles para que alguno tomara la iniciativa, por eso decidimos tomarla al mismo tiempo. En esa mesa dejábamos atrás muchos años de cariño, los bellos recuerdos del pasado, las eternas videollamadas por skype, los largos viajes de Ocaña a Palmira y viceversa, los paseos en el carro que bautizamos "PKY", las salidas con los amigos, los fines de semana de ocio tirados en la cama con maratón se series y películas, quedaban atrás las reuniones familiares, los detalles de navidad, la preocupación y la atención en momentos de enfermedad, las palabras de cariño, los abrazos, los buenos días y los Dios te bendiga todas las noches...
Quedaron atrás, allá están, ahí se encuentran como recuerdo fuente de felicidad, porque hoy sos un gran recuerdo en mi vida y así lo seguirás siendo; tengo la tranquilidad de escribir en paz y sin dolor alguno, el tiempo, la madurez y la distancia han hecho lo propio en mi, hoy me permiten llamarte con todo el amor del mundo, como mi querido y apreciado amigo.
Más de 6 años de una bonita relación amorosa te llegan a cambiar la vida pero ten la certeza que no te la cambian para siempre.
FIN
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