viernes, 17 de enero de 2020

TE CAMBIA LA VIDA EN 6 AÑOS, PERO NO PARA SIEMPRE ( II PARTE)

Con la certeza de haber tomado la mejor decisión, nos sentamos juntos y cogimos transporte hasta Palmira, fue una hora de viaje en donde no cabíamos de la dicha, teníamos pena de mirarnos fijamente, rosábamos nuestros dedos muy sigilosamente, dejábamos escapar espontáneas sonrisas, no había necesidad de hablar pues ya todo lo estábamos entendiendo. 

Ese mismo día conocí a la familia, de manera formal tenía que presentarme como un buen amigo, en eso habíamos quedado, todo se tenía que llevar con calma y prudencia. Ya reposando en su cama cerré mis ojos y respiré tranquilo, pues después de conocernos y poder intercambiar palabras, miradas y abrazos presencialmente, sentía en mi corazón que era la persona indicada, esa persona que minuto a minuto despertaba en mi eso que nadie había podido. 

Salimos a comer, dimos un breve paseo por la ciudad, todo me parecía bonito y encantador pues lo estaba viendo con los ojos del amor; llegando a casa y a punto de dormir, contando con la fortuna de compartir habitación, nos sentamos frente al televisor sabiendo que faltaba una última prueba para comprobar si era real la química entre los dos, nos miramos fijamente, sonreímos, nos cogimos de las manos, cerramos los ojos y chocamos nuestros labios... no había más que decir, si eramos lo que los dos estábamos esperando y sentimos que era para siempre. 

Fueron los días más maravillosos en mi vida hasta el momento, ese dulce agosto de 2012 no se compara con nada en incluso años después en la misma relación; este inicio es lo que yo he catalogado como el nirvana de los enamorados, todo es bello y color rosa, se siente que todo es para siempre, hay valentía y coraje para enfrentar el mundo, nada ni nadie se compara con esos enamorados experimentando la riqueza emocional y sentimental de la vida. 

Regreso a casa en Ocaña, con los sentimientos encontrados de alegría porque contaba con una relación pero al mismo tiempo me chocaba la tristeza de tener que separarme de mi pareja, no sabía cómo íbamos hacer para superar la barrera de la distancia pues en Palmira había quedado un corazón triste y solitario, mientras que por las carreteras de Colombia viajaba en bus durante 21 horas un corazón enamorado pero melancólico y confundido. 

Esta historia había iniciado y estábamos en el mes 1, las cosas en la Universidad no marchaban bien laboralmente y se sentía con más fuerza el peso de la distancia. Tomé la decisión de viajar nuevamente en noviembre para celebrar sus cumpleaños y mis cumpleaños, fue un encuentro como la primera vez, con miradas apenadas pero ansiosas de cruzarse, en esta oportunidad no hubo espera pues los dos llegamos el mismo tiempo, un te amo a grito entero en la calle me recibió en Palmira y de nuevo nos dimos ese eterno abrazo de bienvenida. 



En esos pocos días de visita conocí a sus amigos y de inmediato me hicieron parte de ellos, era genial todo lo que estaba pasando; una salida a la finca, un recorrido en moto por las montañas de Palmira, salidas a comer, a cine a rumbear... todo era perfecto. En esa oportunidad ya corriendo el mes #3, decidimos declararnos amor eterno pues eso era lo que sentía nuestro corazón. 


Una vez más teníamos que enfrentarnos a la despedida triste y melancólica,  yo debía regresar a mi vida en Ocaña y no podíamos hacer nada por el momento; era muy triste enfrentarse a abrazos de despedida y lagrimas de desconsuelo, nos miramos y sin decir palabras nos preguntamos si podíamos seguir soportando eso... esa pregunta me rondó en la cabeza todo el viaje hasta llegar a mi casa. 


Seguir leyendo la historia... en el próximo post. 

No hay comentarios: